Basado en 1 Pedro 1.14, 15, el Dr. Stanley reflexiona sobre la importancia y seriedad de la obediencia a Dios. Nos recuerda que, como Creador soberano, Dios merece nuestra completa sumisión; que envió a Jesucristo como el ejemplo perfecto de obediencia; y que nos ha dado al Espíritu Santo para guiarnos y fortalecernos en nuestro caminar diario.