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Bahía Botánica, Isla Edisto, Carolina del Sur. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

El modelo para el servicio

El Señor Jesucristo realizó el acto supremo de servicio al sacrificar su vida por nosotros.

8 de diciembre de 2025

Mateo 20.25-28

A menudo pensamos que las personas grandes son aquellas con autoridad, prominencia y poder. Aunque Cristo tenía todo eso, lo dejó de lado para convertirse en un siervo (Is 42.1).

Él se entregó por completo para cumplir el plan de redención del Padre, aunque los beneficiarios, cada uno de nosotros, no lo merecíamos. Dios, quien es santo y justo, tiene ojos tan puros que no soporta ver el mal ni ver con agrado la perversidad (cf. Hab 1.13). Sin embargo, toda la humanidad está marcada por la maldad (Ro 3.23).

El acto supremo de servicio del Señor Jesús fue dar su vida para salvarnos (Mt 20.28). Él hizo posible que todos fuéramos libres y experimentáramos el gozo que proviene de estar unidos a Dios en amor, lo cual fue la intención del Padre desde el momento en que fuimos creados por sus amorosas manos.

Gracias al sacrificio del Señor, recibimos el regalo de la gracia. Ahora somos hijos del Dios Todopoderoso. Él sirvió fielmente el propósito del Padre, dándonos su justicia para cargar con el peso de nuestros fracasos y soportando el dolor y la vergüenza para darnos la salvación. Para suplir nuestras necesidades, el Salvador no se reservó nada de sí mismo, y de esa manera dejó un ejemplo poderoso de servicio para que lo sigamos.

BIBLIA EN UN AÑO: EFESIOS 4-6

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