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Estudio Bíblico: Depósito seguro

Cuando su tesoro está en el cielo, ¿qué hay que hacer en la Tierra?

Personal de Ministerios En Contacto 7 de marzo de 2023

Piense en un sartén de hierro fundido, muy especial para usted, tal vez heredado por generaciones. Puede permanecer intacto en el fuego, pero si se expone al agua se oxida rápidamente. Las resistentes fibras del pelaje de una oveja, por su parte, resisten la lluvia y la nieve. Sin embargo, si ellas se tejen en el suéter más fino, un insecto diminuto lo puede destrozar en minutos. Cristo conocía un lugar sin polillas ni óxido, pero con tesoros mucho más valiosos que cualquier otro de la Tierra. ¿Sabe usted cuál es?

Ilustración por Adam Cruft

Contexto 

El pasaje de este mes forma parte del Sermón del monte, un largo discurso en el que Cristo compartió las Bienaventuranzas, el Padrenuestro y muchas instrucciones prácticas sobre cómo vivir.

Lea 

Mateo 6.19-34

Reflexione 

¿Dónde invierte usted su tiempo, su atención y sus recursos?

  • ¿Cómo pudo el estatus del Señor Jesús como Hijo de Dios haber impactado su perspectiva en cuanto a los “tesoros en la Tierra” (Mateo 6.19, 20)? Solo alguien que conoce cosas diferentes y mejores podría hacer tal afirmación. Explique cómo esta perspectiva también es posible para los creyentes. Ore para experimentar “la mente de Cristo” en usted (1 Corintios 2.16). 
  • Todos tenemos recursos que decidimos invertir, ya sean pertenencias materiales o tiempo, atención, ideas u oraciones. Algunas decisiones llevan a bendiciones; otras, a pérdidas. Describa una inversión desacertada que le haya causado una pérdida, y cómo se sintió al experimentarla.
  • En Mateo 6.20, Cristo nos dice que acumulemos “tesoros en el cielo”. ¿Cómo sería dedicar su tiempo a algo relacionado con el cielo y sus recompensas? ¿Su atención, ideas u oraciones? ¿Sus pertenencias y su dinero?
  • Para pasar de la inversión terrenal a la celestial, debemos cambiar nuestros deseos. Pero Cristo dice que nuestro corazón estará donde se encuentre nuestro tesoro (Mateo 6.21). Eso significa que podemos cambiar nuestros deseos replanteando dónde invertimos los recursos. Haga ajustes pequeños y observe los resultados. Por ejemplo, si ora por un enemigo, Dios aumentará su interés por esa persona.

Reflexione 

La esclavitud al amor al dinero es incompatible con un camino espiritual puro porque arruina la devoción a Dios.

  • El verbo griego douleuó implica algo más fuerte que “servir” (Mateo 6.24): significa estar sometido o esclavizado. Esto indica que la actitud en cuanto al dinero que agrada a Dios nos da la oportunidad para trabajar duro para mantenerse a uno mismo y a otros, y para disfrutar de las bendiciones materiales. (Véase 1 Timoteo 5.8; Salmo 23.1, 2). Pero si sale de control, se vuelve peligroso para el alma. La lectura de la Biblia nos lleva de vuelta a la verdad, con suavidad o rudeza, según sea necesario. Enumere algunos otros remedios.
  • ¿A qué se refiere “Por tanto os digo” (Mateo 6.25)? Explique en sus propias palabras esa conexión y cómo se relaciona con la importancia de confiar en Dios para las necesidades materiales. Confiar en que el Señor proveerá para nuestras necesidades tiene resultados inesperados y maravillosos.

Reflexione 

Hacer tesoros en el cielo es lo más valioso que podemos hacer con los tesoros en la Tierra.

  • Muchas veces, a lo largo de la Biblia, Dios nos exhorta a usar lo que tenemos para recibir recompensas espirituales. Cristo nos asegura que, en última instancia, no hay desventajas, solo beneficios. Superar nuestra inclinación a aferrarnos a lo material requiere esfuerzo, pero en la eternidad nos alegraremos de haberlo hecho.

Profundice 

Considere cómo se aplica este estudio a su vida.
Mirar los aspectos de la vida espiritual de una manera transaccional o económica, como lo hizo el Señor Jesús aquí, puede resultar ofensivo para algunas personas. Pero pensar así puede ayudarnos. Considere las palabras de Pablo en 1 Corintios 3.14: “Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó [sobre el fundamento de Cristo], recibirá recompensa”. Dios concede bendiciones, tanto temporales como eternas, por gastar sabiamente lo que tenemos mientras estamos en la Tierra. Comparar este versículo con las palabras de Cristo demuestra que “hacer tesoros en el cielo” es una especie de “obra” con un rendimiento extraordinario y glorioso. Pero para tener la actitud correcta hacia el trabajo espiritual, necesitamos una base firme en la doctrina de la gracia, un profundo amor por Dios y la voluntad de separarnos de los caminos del mundo.

  • Entender la gracia significa saber que nuestras obras no nos salvarán. Solo el regalo inmerecido de la sangre de Cristo lo hará. 
  • El amor a Dios nos hace anhelar servirle, lo que nos lleva a derramar con gozo todo lo que tenemos, por dentro y por fuera, para glorificarlo y ayudar a los demás.
  • Desconectarse de las prioridades del mundo hace que el gran sacrificio no solo sea posible, sino también agradable. 
  • Nuestra relación con lo que tenemos puede ser compleja. Los recursos son limitados; los temores abundan. Se necesita madurez espiritual para manejar con sabiduría nuestro tesoro. Pídale a Dios que le ayude a invertir en el cielo.

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