Génesis 18 nos habla de tres hombres que visitaron inesperadamente a Abraham y le anunciaron que Sara daría a luz un hijo. Este anuncio, que fue bastante sorprendente por venir de extraños, fue aún más inusual por la avanzada edad de Sara. Sin embargo, poco después Abraham y Sara se regocijaron cuando Dios cumplió su promesa y les dio a Isaac.
Sin embargo, unos capítulos más adelante, Dios le dijo a Abraham: “Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas... y ofrécelo allí en holocausto” (Gn 22.2). A la mañana siguiente, Abraham se despertó para hacer lo que Dios le había dicho. Cuando estaba a punto de sacrificar a su amado hijo, Dios le proporcionó un carnero para que tomara el lugar de Isaac.
No está claro cuántos años tenía el muchacho cuando Dios le pidió que lo ofreciera como sacrificio, pero Isaac confiaba en su padre terrenal tal como Abraham confiaba en su Padre celestial.
Abraham estuvo dispuesto a renunciar a lo que era más preciado para él, y a hacerlo sin quejarse. Pero ¿por qué estuvo dispuesto a obedecer cuando había tanto en juego? Porque realmente conocía la bondad de Dios y creía que el Señor bendeciría su obediencia, sin importar cuán dolorosa fuera.
Usted puede conocer a Dios con la misma intimidad y la misma confianza en su amor. Pídale que le muestre el camino.
Biblia en un año: Salmos 23-28