Como vimos ayer, Dios quiere que logremos sus objetivos, pero también tenemos a un enemigo al que le gustaría impedirlo. Si sabemos cuáles son los obstáculos, es más fácil reconocerlos y superarlos.
La Biblia menciona los siguientes:
El temor hace que nuestra atención se desvíe de Cristo hacia lo que queremos evitar. El antídoto es reenfocarnos en Dios.
La duda es la falta de seguridad de que el Señor nos ayudará a tener éxito. Los fracasos del pasado, las influencias negativas y la ignorancia de su Palabra pueden llevar a este obstáculo.
Las excusas son un esfuerzo para hacer que la desobediencia resulte más cómoda. Debemos tener cuidado de evitar justificaciones falsas como la queja de Adán de que Eva fue la culpable de su mala decisión (Gn 3.12). Dios siempre nos da lo que necesitamos para obedecerlo.
La pereza y la postergación inhiben el éxito. Estas conductas relacionadas, pueden impedir que logremos el propósito de Dios.
Las personas sabias revisan su conducta para identificar cualquier cosa que pueda impedir seguir a Cristo por completo. Pida a Dios fuerzas para hacer cambios que le ayuden a vivir con libertad y propósito de acuerdo con la manera que Él ha previsto.
Biblia en un año: EZEQUIEL 1-3