Para sacarle el máximo provecho a este devocional, lea los pasajes a los que se hacen referencia.
Comenzar algo nuevo puede ser difícil. Ya se trate de un trabajo, de una relación o de un cambio importante, los nuevos comienzos vienen acompañados de incertidumbre y requieren preparación mental, física y espiritual. Felizmente, los creyentes tenemos lo necesario para enfrentar lo desconocido.
Antes de la crucifixión, el Señor les prometió a los discípulos que no quedarían solos: el Espíritu Santo vendría a vivir en ellos. De hecho, tener al Espíritu de Dios sería mejor que tener al propio Señor en carne y hueso. Como Él les dijo: “Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré” (Jn 16.7).
Además de tener el mejor Guía posible, también se nos ha asegurado que Dios suplirá nuestras necesidades, y que nos capacitará para hacer su voluntad (Fil 4.19; 2 Ti 3.16, 17). Por tanto, podemos avanzar con confianza pues el Señor seguirá guiándonos y ayudándonos. Y aunque la mayoría de nosotros preferiría conocer el camino que está por delante, podemos descansar al saber que Dios estará presente en todo momento.
PIENSE EN ESTO
- ¿Qué necesidades teme que Dios no vaya a satisfacer? Dedique un momento para hablarle de ellas.
Biblia en un año: Deuteronomio 18-20