Para sacarle el máximo provecho a este devocional, lea los pasajes a los que se hacen referencia.
Después de ver a Cristo resucitado, todos se regocijaron, excepto Tomás. Razón por la cual tiene mala fama, pues fue el único discípulo que dijo: “No creeré”; sin embargo, ¿puede imaginarse lo que era ser el único de sus amigos que no estaba seguro? Es posible que Tomás se haya sentido solo por el hecho de dudar, y que haya sentido que estaba decepcionando a los otros discípulos. Incluso podría haberse sentido avergonzado cuando Cristo le pidió que tocara sus heridas (Jn 20.19-29).
Lo que a menudo pasamos por alto, sin embargo, es la disposición de Tomás de ser vulnerable. Es posible que no estuviera orgulloso de dudar, pero en vez de fingir, fue sincero con sus amigos y su Salvador. Por eso, Tomás fue recompensado al final: el Señor Jesús cambió su inseguridad en seguridad.
Puesto que Tomás fue sincero, estaba listo para recibir la gracia de Dios. El mismo principio se aplica a nuestras relaciones: no tenemos que ocultar nuestros defectos, pues la vulnerabilidad invita a la gracia. Y ahí es cuando florecen las amistades.
PIENSE EN ESTO
- ¿Hay alguien con quien usted pueda ser verdaderamente vulnerable? ¿Qué necesita para arriesgarse?
Biblia en un año: Juan 17-19