Saltar al contenido principal
Dolomitas, Italia. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

En glorioso despliegue

Nuestro Creador nos hizo amorosamente a cada uno de nosotros una obra maestra para revelar su amor.

14 de febrero de 2024

Salmo 139.14

¿Ha observado usted alguna vez la famosa pintura de Vincent van Gogh “La noche estrellada”? Es una mezcla cautivadora de círculos y remolinos que forman un cielo onírico. A primera vista, resulta intrigante imaginarse a uno mismo dentro la escena y visualizar los vivos colores y las suaves brisas sugeridas por las formas curvadas. Pero si se mira más de cerca, se empieza a ver que nada en la pintura es casual. Cada pincelada es única e intencional, creando un contraste entre el cielo y las estrellas. La combinación de colores aporta profundidad y riqueza a la composición.

Por muy hermosa que sea la obra maestra de Van Gogh, palidece en comparación con lo que el Creador ha logrado en nosotros. Cada creyente es una mezcla única de personalidad, dones y experiencias que Dios ha mezclado para que, al mismo tiempo, realcemos y seamos realzados por quienes nos rodean.

¡Qué gran honor es ser obra de Dios! Aunque cada cristiano es una pequeña pieza de la totalidad de la creación, nunca perdemos nuestro carácter distintivo ni nos perdemos en la grandeza del conjunto. Todo lo contrario: Dios sabe justo dónde estamos y nos tiene en cuenta mientras añade a otros a su gran obra maestra.

Biblia en un año: NÚMEROS 17-19

Otros devocionles


Ver todas las meditaciones diarias