Confiar en Dios es fácil cuando la vida es buena o nos sentimos competentes. Pero ¿se trata de una fe genuina o de un tipo de autosuficiencia? El apóstol Pablo dijo: “Nuestra competencia proviene de Dios” (2 Co 3.5). Si el Señor nos llama a hacer algo que parece imposible o irrazonable, Él nos equipará para ello. Pero si dejamos que los sentimientos de miedo, insuficiencia o indignidad nos hagan dudar de Él, podríamos perder la oportunidad.
A veces, tenemos miedo de aventurarnos en una nueva tarea, porque estamos escuchando las voces equivocadas. El diablo siempre trata de engañarnos y sembrar dudas en nuestra mente para que no confiemos en el Señor (Jn 8.44). Él detesta ver a un creyente dejar de lado el miedo, decidir creer en Dios y seguir adelante en obediencia.
Una tarea desafiante del Señor es a menudo una bifurcación en el camino. Cuando Dios presenta una oportunidad de servirle, debemos decidir si tomaremos su camino aunque nos sintamos incompetentes. Estamos llamados a vivir por fe, no por miedo. Si usted se encuentra en una encrucijada, recuerde que su competencia no está en usted, sino en Dios, y que nada es demasiado difícil para Él. Confíe en el Señor y dé un paso.
Biblia en un año: Lucas 14-16