A lo largo de la historia, Dios se ha relacionado con la humanidad que creó. Aunque a menudo parecía muy lejano, se revelaba constantemente en encuentros personales e incluso llegó a estar en medio de los israelitas (en una columna de nube y fuego, el tabernáculo y el templo). Pero al final, la presencia de Dios en la forma de su propio Hijo, vino como un hombre a vivir entre la humanidad.
Antes de nacer, al Señor Jesús se le dieron dos nombres:
Emanuel significa “Dios con nosotros”, que habla de la identidad del Señor Jesús. Vivió en este mundo, anduvo entre los hombres y sufrió las debilidades de la humanidad. Sin embargo, también mostró el poder de Dios Todopoderoso al sanar a los enfermos, calmar el mar y resucitar a los muertos.
Jesús significa “El Señor es salvación”, que describe su propósito: salvarnos del pecado por medio de su muerte a nuestro favor. Cristo tomó un cuerpo humano para ofrecerse como sacrificio sustitutorio por los pecados de la humanidad.
Aunque el Señor Jesús ya no está físicamente en la Tierra, sigue siendo “Dios con nosotros”. Él vive en usted a través del Espíritu Santo, y tiene el poder de liberarle de cualquier esclavitud. No hay pecado, pasado doloroso, duda, culpa o lucha demasiado difícil que nuestro Salvador no pueda vencer.
Biblia en un año: 1 Juan 1-5