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Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

Ninguna condenación

Cuando el Salvador fue a la cruz por nosotros, quitó de nuestros hombros la culpa y el castigo por el pecado y nos hizo justos.

12 de octubre de 2021

Romanos 7.15-8.1

Todos podemos identificarnos con el dilema del apóstol Pablo en el pasaje de hoy. Estos versículos describen la lucha interna que tenemos con el pecado incluso después de la salvación. Cuando cedemos a la tentación, a menudo nos asaltan sentimientos de condenación y podemos preguntarnos si Dios nos ha abandonado. Por eso Romanos 8.1 es tan reconfortante: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”.

Cuando el Salvador fue a la cruz por nosotros, quitó de nuestros hombros la culpa y el castigo por el pecado y nos hizo justos. Nuestros pecados son limpiados, y somos elegidos y amados por Dios. La condena está reservada para quienes rechacen al Señor, no para quienes han sido reconciliados con Dios por el Salvador (Jn 3.36).

Si usted experimenta sentimientos de condenación, los tales no son del Señor sino del diablo que nos acusa. Para realinear nuestro pensamiento con el del Padre celestial, necesitamos llenar nuestra mente con la verdad de las Sagradas Escrituras y recordar que Él nunca condena a quienes le pertenecen. Satanás susurra mentiras, pero la Palabra de Dios siempre dice la verdad. Así que, confíe en ella y dé gracias al Señor por amarle y salvarle.

Biblia en un año: Mateo 27-28

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