Saltar al contenido principal
Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

Santidad personal

Por nosotros mismos, nunca podremos ser lo suficientemente buenos para un Dios perfecto; sin embargo, Él da gratuitamente su bondad a todos los que creen.

21 de abril de 2023

Hebreos 9.11-14

A veces compararnos con los demás nos hace sentir inseguros, y otras veces despierta orgullo falso. Cuando vemos que otros son mezquinos, egoístas o perezosos, podríamos pensar que somos mejores y que merecemos un lugar en el cielo. En realidad, siempre podemos encontrar a alguien “peor” para sentirnos más santos. Pero en comparación con la santidad perfecta de Dios, toda persona es deficiente.

La verdad es que si vamos o no al cielo tiene poco que ver con nosotros, y todo que ver con nuestro Padre celestial. Él fue quien abrió un camino para que fuéramos justificados, y no fue en respuesta a nuestro comportamiento. De hecho, Dios decidió mucho antes de que naciéramos, antes de que tuviéramos la oportunidad de hacer algo bueno o malo, que nos ofrecería el regalo de la salvación. Pablo escribió a los Efesios que Dios “nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (Ef 1.4).

Si usted se encuentra tratando de comparar su santidad con la de otros, o tratando de demostrarle a Dios que es digno, recuerde lo que Pablo escribió en Romanos: “Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Ro 5.8). Así es como usted sabe que la salvación solo se puede recibir por gracia.

Biblia en un año: 1 Reyes 20-22

Otros devocionles


Ver todas las meditaciones diarias