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Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

Un defensor del pueblo

Hay quienes dudan de que las oraciones o acciones de una persona puedan cambiar el futuro de una nación, pero Nehemías demostró lo contrario.

22 de diciembre de 2021

Nehemías 1

Antes de que fuera colocada una piedra para reconstruir los muros de Jerusalén, Nehemías comenzó a humillarse ante Dios. Después de ayunar y enlutarse por la vulnerabilidad de su pueblo, ofreció una oración en tres partes: confesó el pecado de Israel, proclamó las promesas del Señor y pidió que sus planes se cumplieran con éxito.

Al igual que Nehemías, debemos comprometernos a proteger a nuestro pueblo. Su manera de actuar ante la situación de Israel es un buen modelo a seguir. Tal vez usted nunca ha pensado en ayunar por una crisis local o nacional, o interceder en oración para que la desobediencia de su comunidad a Dios sea perdonada. Pero tomar medidas para proteger y servir a los demás es responsabilidad del creyente (Mt 25.35-40).

Hay quienes dudan de que las oraciones o acciones de una persona puedan cambiar el futuro de una nación, pero Nehemías demostró lo contrario. El Señor lo utilizó para reunir suministros y organizar al pueblo judío para reconstruir los muros de Jerusalén en solo cincuenta y dos días (Neh 6.15).

Es posible que el impacto de su intercesión no se parezca al de Nehemías, o que no se conozca hasta que llegue al cielo. Pero si queremos construir comunidades donde se proteja a los vulnerables y prevalezca la justicia, debemos comprometernos a dar pequeños pasos por medio de la oración.

Biblia en un año: Santiago 1-5

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