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Parque Nacional Torres del Paine, Patagonia, Chile. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

Veni, veni, Emmanuel

Que nunca perdamos nuestro sentimiento de asombro ante el hecho de que Dios elije estar con nosotros.

18 de diciembre de 2023

Isaías 7.14; Mateo 1.23

En Navidad, cantamos “Veni, veni, Emmanuel”, un himno que incluye cantos antiguos conocidos como “Las antífonas* de Adviento (o de la ‘O’)”. En la adoración del siglo VI, cada “O” era seguida de un título mesiánico: Emmanuel, Raíz de Isaí, Primera Luz del Día, Llave de David, Señor del Poder, Deseo de las Naciones. Estos nombres para el Salvador nos recuerdan que, en Jesucristo, Dios cumplió las esperanzas de su pueblo. Y podemos observar su fidelidad tanto históricamente como en el presente, con esperanza para el futuro.

El himno gira en torno al nombre Emmanuel (o Emanuel), que significa “Dios con nosotros” (Mt 1.23). Como dice Juan, “aquel Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros” (Jn 1.14). Cristo no es solo un buen maestro o profeta, es Dios en forma humana. Esa verdad es el fundamento de nuestra esperanza. 

Al intentar encarnar las enseñanzas de Cristo, nuestra oración es andar como sus sabios seguidores en este mundo (Ef 5.15), y que nuestro Emmanuel atraiga a muchas personas: “de todo linaje y lengua y pueblo y nación” (Ap 5.9), hasta que toda la Tierra sea llena del conocimiento de la gloria de Dios (Hab 2.14; Sal 72.19).

*Una antífona es una frase o versículo de las Sagradas Escrituras, a menudo de los Salmos, cantados históricamente durante la adoración.

Biblia en un año: Hebreos 4-6

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