Shirley Combs abrió su nuevo restaurante, pero nadie vino. Así que sus esperanzas quedaron deshechas y la comida lista para ir a la basura. Entonces Dios le mostró a los hambrientos y sin hogar de su ciudad, y ella los alimentó. Hoy, mientras su negocio prospera, los clientes se han convertido en colaboradores en un ministerio para alimentar almas.
Historias de Fe
Nunca solos
Todo en la vida de Liz se había desmoronado. Pero cuando se centró en Cristo, Él le dio un propósito renovado. Liz comenzó a ayudar a los demás y conoció a Michele, una nueva creyente que necesitaba apoyo cuando enfrentó una tragedia.