Por más de 20 años, Debbie González estuvo sumamente deprimida. El desánimo se había convertido en desobediencia, y la desobediencia en desesperación. Casi se quitó la vida. Pero entonces, Cristo la llamó para que le entregara sus cargas.
Historias de Fe
Nunca solos
Todo en la vida de Liz se había desmoronado. Pero cuando se centró en Cristo, Él le dio un propósito renovado. Liz comenzó a ayudar a los demás y conoció a Michele, una nueva creyente que necesitaba apoyo cuando enfrentó una tragedia.