El hijo de Cindy tenía una adicción a las drogas que lo paralizaba. Las consecuencias arruinaron la situación económica de Cindy y casi le quita la vida. Cuando estaba en el peor momento, Dios le dio esperanza. Con el poder de Cristo, ahora madre e hijo luchan juntos.
Historias de Fe
Nunca solos
Todo en la vida de Liz se había desmoronado. Pero cuando se centró en Cristo, Él le dio un propósito renovado. Liz comenzó a ayudar a los demás y conoció a Michele, una nueva creyente que necesitaba apoyo cuando enfrentó una tragedia.