Entre Dios y la humanidad existe un gran abismo. ¿Qué causó esta dolorosa separación y cómo podemos superarla? El Padre cerró la brecha mediante la muerte expiatoria de su único Hijo, Jesucristo. El pecado es grave, y su poder para separarnos de Dios es real. Pero hay esperanza en Jesucristo, Aquel que venció el pecado en la cruz.