No se puede tomar una vara de medir para ver cuánto se ha crecido en el Señor, pero hay marcadores espirituales que pueden ayudarle a ver dónde ha estado y a dónde le lleva Dios. Descubra cómo la vida cristiana es un proceso, no un evento. Nunca se llega a un punto en el que se deje de aprender y progresar. Es un viaje con un propósito, y el Señor Jesús le guía en cada paso.