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Una esperanza constante

Con la vista puesta en el futuro, el Dr. Saw Wado trabaja para asegurar una vida mejor para su pueblo

Tim Rhodes 25 de junio de 2021

En un puesto de control militar custodiado por el Real Ejército Tailandés, el Dr. Saw Wado espera mientras se examinan sus credenciales. El Dr. Wado creció al otro lado de esta misma puerta, dentro de la alambrada del campo de refugiados de Mae La, donde viven más de 50000 karen, evacuados de Myanmar desde 1984. Wado tenía 14 años cuando llegó con su familia en 1990, huyendo del conflicto armado y la persecución étnica. Tras unos minutos con el guardia de seguridad, Wado recibe el visto bueno y entra en el campamento pasando por delante de un cartel instalado hace más de 40 años: “Asentamiento temporal”.

 

El campamento de Mae La, en el oeste de Tailandia, está enclavado en un denso bosque bajo una exuberante cordillera, un pintoresco telón de fondo para una comunidad de personas que a menudo se sienten prisioneras. No solo han perdido su país, sino que de forma reiterada se les considera residentes provisionales de Tailandia. Los karen carecen de hogar.

A pesar de estas limitaciones, Wado quiere garantizar las cualidades de un hogar para su pueblo. Atraviesa estas puertas buscando asegurar la educación de los niños y una perspectiva de futuro buena para todos, llevando el evangelio de Jesucristo y la promesa de una vida nueva. “No estoy contento con el status quo, no estoy contento con los logros del pasado, pero siempre espero algo mejor en el futuro”, dijo. “Siempre pienso que lo mejor está por llegar”.

Dentro del campamento, Wado llega al Colegio e Instituto Universitario Bíblico Bautista Karen de Kawthoolei, el mismo centro en el que completó sus estudios. Aquí, los niños desde el jardín de infancia hasta el bachillerato, al igual que los estudiantes universitarios, reciben la esperanza del evangelio que él recibió cuando era joven.

Al enseñar en Kawthoolei, utiliza el Mensajero de En Contacto para promover el discipulado cristiano y la capacitación personal no solo de los estudiantes, sino también de los habitantes del campamento y de las aldeas circundantes. Un ejemplar físico de la Biblia puede ser un artículo difícil de adquirir para un refugiado, pero el Mensajero hace que las Sagradas Escrituras sean accesibles y portátiles, en especial para los estudiantes que tienen mayor retentiva al escuchar. Los mensajes del Dr. Charles Stanley han resultado “útiles en extremo” en un lugar donde los recursos tradicionales de estudio de la Biblia pueden ser escasos. Y las herramientas del Equipo Mensajero dan al más comprometido estudiante de la Biblia la oportunidad de profundizar en el texto y hacer aplicaciones para toda la vida.

Wado, de joven, tenía tantas aspiraciones como las tiene en su edad madura. Llevó su educación en el campamento de Mae La hasta donde podía llegar, y luego se fue a cursar una maestría en Divinidad, y en último término un doctorado en el Seminario Teológico Bautista de Asia, con sede en Manila, Filipinas. Pero Wado se vio obligado a volver a la restrictiva vida de Mae La para servir a sus hermanos y hermanas karen. Hoy es presidente y profesor de teología en el Seminario Teológico Kawthoolei Hope, una escuela que fundó en 2017. Con sede en las afueras del campamento, el seminario se compromete no solo con los líderes del ministerio sino con los ciudadanos de Mae La, ofreciendo retiros para niños y programas para todos. A principios de este año, cuando un incendio arrasó Mae La y destruyó 50 casas, Wado y el seminario proporcionaron madera y material para ayudar a las familias en los trabajos de reconstrucción.

El Dr. Wado siempre ha sido consciente de la cruda realidad del pueblo Karen. Pero sigue comprometido con lo que él llama “una filosofía de esperanza”. Porque en el evangelio de Jesucristo está el poder de Dios para transformar vidas, e incluso naciones. Hasta que el campamento de Mae La sea transformado, él seguirá persiguiendo a Aquel que es capaz de amar y empoderar a los que le rodean. “Mi trabajo será [siempre] con los pobres, los necesitados, los oprimidos, los marginados”, dijo Wado. “Donde la gente esté en efecto al margen, ahí es donde estaré”.

 

Gracias a su colaboración, las buenas nuevas de Jesucristo llegan donde más se necesitan. A través de las herramientas del Equipo Mensajero estamos alcanzando a los perdidos, haciendo discípulos, y equipando a pastores y líderes cristianos mientras llevan a cabo la Gran Comisión.

Fotografía por Adam Dean y Panudet Krualee

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