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Miltenberg, Alemania. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

Celebrar como preparación para la boda

La Santa Cena nos recuerda que algún día nos reuniremos con otros creyentes alrededor de la mesa de Cristo.

31 de enero de 2024

1 Corintios 11.23-26

La noche en que fue traicionado, el Señor Jesús celebró la fiesta de la Pascua con sus discípulos. Durante la comida que compartieron, el Señor dio a sus seguidores una nueva interpretación de la cena pascual.

Al asociar el pan y el vino con su cuerpo y su sangre, el Señor se identificó como el verdadero cordero pascual que quita los pecados del mundo. La comunión, también llamada la Cena del Señor, ha sido celebrada por los creyentes desde aquella noche, cuando Él dijo: “Haced esto en memoria de mí” (1 Co 11.24).

Al tomar la comunión juntos, recordamos el cuerpo y la sangre de Cristo, dados por nosotros en la cruz. Pero al participar en esta fiesta, también pensamos en el futuro, cuando el pecado y la muerte habrán sido derrotados de una vez por todas. Después, en la fiesta de bodas del Cordero (Ap 19.9), celebraremos la presencia y provisión de Dios en nuestra vida diaria mientras nos preparamos para la eternidad con Él.

Ya sea que usted se sienta cerca o lejos de Dios hoy, debe saber que su Creador le ama y le invita a sentarse a su mesa en esta vida y en la venidera. Su cuerpo y su sangre son el pan y el vino que nos sostienen cada día. Su mesa de celebración es un lugar de acogida, recordación y celebración. ¿Aceptará usted su invitación?

Biblia en un año: LEVÍTICO 5-7

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