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Costa de Mykonos, Grecia. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

El crecimiento espiritual

La fe crece en medio de las dificultades, si elegimos creer que Dios siempre está obrando para nuestro bien.

2 de junio de 2025

Efesios 4.14-16

En la lectura de hoy, Pablo escribe: “Crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo” (Ef 4.15). Como creyentes, debemos esforzarnos todo el tiempo por acercarnos más a Dios. Cuando Él es el Señor de nuestra vida, ciertas características serán evidentes. Aquí hay dos puntos de referencia espirituales para evaluar nuestro progreso:

1. El crecimiento espiritual se refleja en una mayor conciencia del pecado y el arrepentimiento. Evitarlo es rebelión contra Dios. Los creyentes que maduran se apartan del mal y buscan la rectitud. Al vivir en dependencia y arrepentimiento, aumenta nuestro deseo de obedecer a Dios y disminuye la atracción por el pecado.

2. El crecimiento espiritual se caracteriza por un aumento en el gozo y las luchas. La fe se fortalece por medio de las dificultades, y al vivir con confianza y perseverancia, nuestra relación con el Señor se profundiza, viendo las pruebas como oportunidades para madurar (Stg 1.2-4).

El Dios soberano es el guardián de nuestra vida. Maduramos cuando reconocemos que todo lo que experimentamos ha sido permitido por nuestro Padre celestial y comprendemos que Él está obrando en cada situación para nuestro bien.

BIBLIA EN UN AÑO: JOB 5-8

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