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Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

El fruto de la sabiduría

La sabiduría es necesaria, sobre todo, a la hora de relacionarnos con otras personas.

6 de julio de 2022

Santiago 3.13-18

El mundo dice conocer el camino hacia una vida exitosa y gratificante: ambición, educación, riqueza, reconocimiento público, poder e influencia. Pero la sabiduría humana es una necedad a los ojos de Dios (1 Co 3.19). Aunque puede parecer arriesgado dejar de lado nuestro propio razonamiento, los beneficios de seguir la sabiduría de Dios son grandes.

La sabiduría divina podría definirse como ver la vida desde la perspectiva del Señor y confiar en su poder; para que así seamos capaces de mantenernos firmes en la fe y elegir sus caminos. Si vamos a someternos a las dificultades que Dios permite, es esencial que tengamos su perspectiva (Stg 1.2-4).

La sabiduría es necesaria, sobre todo, a la hora de relacionarnos con otras personas. Si actuamos con celos y egoísmo, entonces estamos procediendo con sabiduría mundana, y los resultados serán desorden, animosidad y conflictos. En cambio, la sabiduría de Dios es pura, pacífica, amable, condescendiente, llena de misericordia y sin hipocresía (Stg 3.14-17 NBLA). Cuando nuestras acciones reflejan estas cualidades, cosechamos justicia y paz en nuestras relaciones.

¿Qué revelan sus interacciones con los demás en cuanto a su fuente de sabiduría? ¿Se está pareciendo más a Cristo o está siguiendo los caminos mundanos?

Biblia en un año: Salmos 139-144

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