La Biblia es pertinente para cada situación. Aunque los detalles de nuestras circunstancias difieran de lo que leemos en la Biblia, los principios siguen siendo aplicables. Como vimos ayer, por ejemplo, la historia de José enseña lecciones que podemos poner en práctica.
Los capítulos 37 al 50 de Génesis destacan cómo el Señor dirigió los acontecimientos para llevar a cabo su propósito. Aunque los hermanos de José lo vendieron como esclavo, fue Dios quien lo envió a Egipto para beneficio de los israelitas (Sal 105.17). Los años de adversidad posicionaron a José para convertirse en el líder que salvaría al pueblo de Dios de la hambruna.
El versículo 19 continúa diciéndonos que “el dicho de Jehová le probó”. Cuando José era joven, Dios le dio dos sueños sobre su futura exaltación (Gn 37.5-11), pero experimentaría 13 años de humillación y dificultades antes de ver su cumplimiento. Sin embargo, el Señor fue fiel y, en el momento justo, José fue liberado para asumir el papel que Dios había dispuesto para él.
Nuestro Padre celestial también está organizando los acontecimientos de su vida. Sus dificultades no indican en absoluto que el Señor está ausente. Por el contrario, Él controla los sucesos de su vida para cumplir lo que desea para usted.
Biblia en un año: Salmos 39-43