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Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

En la escuela de la fe

El desarrollo de la fe es una necesidad para cada cristiano, y Dios tiene dos medios principales para hacerlo: la Biblia nos dice lo que debemos saber en cuanto a Él.

31 de diciembre de 2021

Mateo 14.22-32

El Señor Jesucristo pasó tiempo desarrollando la fe de sus discípulos, porque sabía que sería indispensable para las tareas que tenían por delante. Durante más de tres años, los doce hombres asistieron a “clases” en las que Cristo era su instructor tanto de palabra como de acción. A veces utilizaba la instrucción verbal, pero muchas de las lecciones se enseñaban mediante demostraciones, al sanar a enfermos, expulsar demonios, alimentar miles de personas y calmar el mar. 

A veces, el entendimiento de los discípulos era lento o vacilante, pero Cristo nunca se dio por vencido. Los reprendió cuando mostraron falta de confianza (Mr 4.40), pero también elogió el progreso (Mt 16.15-17). Su objetivo era afianzar la fe de los discípulos para que pudiera llevar a cabo su obra en y a través de ellos.

El Señor tiene el mismo objetivo para nosotros: aumentar nuestra fe para que podamos hacer la obra que ha planeado para nosotros (Ef 2.10). El desarrollo de la fe es una necesidad para cada cristiano, y Dios tiene dos medios principales para hacerlo: la Biblia nos dice lo que debemos saber en cuanto a Él; y las pruebas nos colocan en situaciones difíciles que nos obligan a creer y confiar en el Señor en vez de hacerlo en nuestro propio entendimiento (Pr 3.5). Siempre que creemos en Él, nuestra fe crece.

Biblia en un año: Apocalipsis 18-22

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