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Parque Nacional de Grand Teton - Jackson, Wyoming. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

La razón de nuestra oración

Hablar con nuestro Padre celestial es lo que nos ayuda a entender su corazón y a participar en su obra en la Tierra.

6 de mayo de 2024

Salmo 103.19-22

Alguna vez se ha preguntado: Si Dios tiene control de todo, ¿por qué quiere que oremos? Es porque el Señor quiere involucrarnos en la obra que está haciendo en el mundo, y la oración nos lleva a cooperar con lo que Él planea lograr.

En Juan 17.11, Cristo le pidió a su Padre que protegiera a los discípulos por el poder de su nombre. ¿Pensaba Él que podrían perder su salvación o alejarse de manera permanente de su compromiso? Definitivamente no. Cristo era Dios en carne humana. Sabía con toda precisión lo que iba a suceder: que esos hombres cumplirían su misión y difundirían el evangelio. Cristo estaba teniendo parte en el plan de Dios para sus seguidores al interceder por ellos (Ro 8.34).

Dios ciertamente puede construir su reino sin nosotros. Pero cuando el Dios de amor y sus amados comparten un interés, la relación desarrolla profundidad e intimidad. Orar y trabajar al lado de nuestro Señor aumenta nuestra fe y fortalece nuestra confianza en su poder.

Hablar con el Dios todopoderoso es un honor. Él nos ama y nos invita a relacionarnos con Él. La oración es la manera de alimentar esa conexión. Nuestro Padre nos llama a comunicarnos con Él para poder acercarnos a su corazón e involucrarnos en su obra.

Biblia en un año: 1 CRÓNICAS 16-18

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