Ayer hablamos de las puertas cerradas. Veamos ahora algunas razones por las que Dios puede bloquear nuestro camino. Las puertas cerradas son para...
Evitar errores. Que un camino esté despejado no significa que sea el que Dios quiere que sigamos. A veces no tendremos la información que necesitamos para tomar una decisión sabia, así que Él nos cierra el camino. El Espíritu Santo puede ver toda la ruta de nuestra vida, y por eso debemos seguir su dirección.
Redirigir nuestro camino. A veces Dios tiene una oportunidad diferente en mente, una que producirá mayores frutos, más satisfacción y un mayor impacto para el reino.
Poner a prueba la fe y fomentar la perseverancia. Esperar que el Señor hable o actúe es difícil. Pero ganaremos sabiduría, paciencia y confianza al orar hasta que Él revele su voluntad.
Ganar tiempo. Dios puede mantener cerrada una oportunidad de servicio hasta que el creyente esté preparado para trabajar en el reino.
A pesar de mencionar “puertas cerradas” en esta lectura devocional, el mensaje principal es que Dios abre puertas. Mantenga sus pies en el camino que Él ha preparado y se tropezará con el servicio, la satisfacción y la gloria del Señor.
Biblia en un año: NÚMEROS 6-7