Mientras que la mayoría de la gente está familiarizada con el nombre “Jesucristo”, pocos realmente saben quién es Él. No obstante, conocer la identidad y la misión del Señor Jesucristo es importante, porque las consecuencias son eternas. Y la mejor fuente de información sobre Él es la Biblia.
Las Sagradas Escrituras nos dicen que el Señor Jesús es Dios. Esto significa que Él es eterno: Él existía antes de su nacimiento físico e incluso antes de que comenzara el tiempo. El Señor Jesucristo, el Creador de todo lo que existe (Col 1.15-17), es el reflejo perfecto del Dios invisible. Nuestro Salvador tenía el poder de perdonar pecados y fue adorado por sus seguidores —ambas cosas son apropiadas solo para la divinidad (Mt 9.2-8; 14.33).
Piense en el omnipotente y eterno Hijo de Dios que vino a este mundo como un bebé. ¡Imagíneselo acostado en un pesebre hecho de árboles que Él mismo creó y bajo las estrellas que había esparcido por el cielo! La Biblia deja claro que este no era un bebé como cualquier otro. La Palabra de Dios también dice que solo hay un camino a la vida eterna, y es a través de la fe en Jesucristo como Salvador (Hch 4.12). El Padre celestial ha dado amplia confirmación de la identidad de su Hijo. Considere la evidencia, y luego acuda a Cristo para ser salvo.
Biblia en un año: Juan 20-21
