Dios, el Creador del universo, nos escoge. Y su propósito al hacerlo no es solo salvarnos de la eternidad en el infierno. Él desea tener una relación cercana con cada uno de sus hijos. Lograrlo requiere...
Compromiso. Dios mostró su compromiso rescatándonos del pecado por medio de su Hijo Jesucristo, al enviar al Espíritu Santo a vivir en nosotros y prometernos vida eterna. La respuesta razonable es nuestra promesa de obediencia tanto en actitud interior como en acciones externas.
Comunicación clara. Para desarrollar un vínculo estrecho, dos personas expresarán pensamientos y sentimientos profundos, y también escucharán atentamente las palabras de la otra. Dios nos habla de Él y de sus planes por medio de las Sagradas Escrituras, y también está listo para escuchar (Sal 10.17).
Apertura. Dios nos habla con sinceridad en cuanto a nuestra naturaleza, la condición del mundo y la única solución: Jesucristo. Nos dice la verdad acerca de nosotros, pero también nos alienta y afirma en nuestros esfuerzos por seguirlo. Por tanto, es nuestra responsabilidad ser sinceros con Él sobre nuestros pensamientos, acciones y emociones.
La salvación es apenas el primer paso de la vida en Cristo (Jn 3.16). ¿Ha aceptado usted la invitación de Dios?
Biblia en un año: JEREMÍAS 15-17