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Sermón de TV

¿A quién escuchamos?

Dele a Dios el tiempo que se merece escuchando atentamente su voz cuando le hable al corazón.

4 de mayo de 2024

A veces nos sentimos abrumados por la comunicación instantánea, la información y el entretenimiento. ¿Dejamos que estos ahoguen la voz de Dios? Él nos ha estado hablando desde la creación, así que sabemos que quiere comunicarse con nosotros. Entonces, ¿cómo le dedicamos el tiempo que se merece?

Bosquejo del Sermón

¿A quién escuchamos?

Hay muchas distracciones en el mundo, y cada una de ellas puede impedirnos escuchar la voz del Señor con claridad. El mensaje de esta semana nos enseña cómo podemos identificar la voz de Dios y discernir su voluntad. 

Pasaje clave: Hebreos 1.1, 2 

Dios ha hablado a los suyos desde el principio. En la actualidad, se comunica con los creyentes en Cristo por medio del Espíritu Santo. Pero ¿cómo podemos estar seguros de que lo hemos escuchado?

Las personas no escuchan a Dios porque…

  • No tienen una relación personal con Él.

  • Lo dejan ahogar en el ruido del mundo.

  • No toman en cuenta su Palabra.

  • Albergan pecado en sus vidas, lo cual ensordece sus oídos espirituales.

¿Cómo podemos identificar la voz del Señor? Siempre…

  • Estará de acuerdo con las Sagradas Escrituras.

  • Irá en contra de la naturaleza humana y de la sabiduría convencional.

  • Nos desafiará para que nuestra fe crezca.

  • Producirá calma en nuestro corazón.

  • Será específica. 

Debemos aprender a escuchar a Dios, para que podamos...

  • Tomar buenas decisiones.

  • Recibir fortaleza.

  • Conocer su voluntad.

  • Recibir su guía y dirección.

Si no escuchamos a Dios, vamos a…

  • Dejar que el mundo nos aleje de Él.

  • Ser engañados con facilidad.

  • Tomar decisiones que nos saldrán caras.

  • Tomar decisiones que solo satisfacen nuestra naturaleza carnal.

  • Perder de vista la voluntad del Señor.

  • Experimentar consecuencias eternas, y nos perderemos las recompensas celestiales, o peor aún, el ser salvos.

Después de ver el sermón:

Considere los siguientes pensamientos y preguntas:

  • ¿Hay algo en su vida que le impide escuchar la voz de Dios con claridad? De ser así, ¿cómo puede despojarse de ese obstáculo?

  • ¿Acaso hay algo que deba traer ante la presencia del Señor, para pedirle su guía y dirección?

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