La comprensión de los planes de Dios se obtiene por medio del estudio cuidadoso de la Biblia y de la oración constante. Los conocimientos que obtenga le ayudarán a conocer mejor al Señor a medida que reconozca su obra en y a través de sus circunstancias, y su bondadosa capacidad de cambiar todas las cosas para bien suyo.
Bosquejo del Sermón
¿Está Dios en todo?
El sermón de esta semana explora cómo podemos encontrar consuelo en el dolor, contentamiento en las pruebas, y una habilidad inquebrantable de obedecer a Dios. La clave es comprender que el Señor está presente en todo, inclusive en las situaciones difíciles.
Pasaje clave: Romanos 8.28, 29
Es más fácil ver a Dios cuando nos va bien, que en las experiencias negativas. Pero ¿cree usted que Dios está en ambas situaciones? Su respuesta influirá en su fe, así como la respuesta que dará ante los conflictos y el dolor.
Dios está en todo, en lo bueno y en lo malo. ¿Cómo puede estar en una situación dolorosa?
Dios nunca promete que todo saldrá como lo hemos planificado, sino que lo usará todo para nuestro bien (Ro 8.28).
Él puede estar en una situación que ha enviado, permitido o retenido.
Nunca inicia el pecado, pero lo permite.
Cuando otros nos causan dolor, pueden ser instrumentos de Satanás o del Señor. No debemos llenarnos de resentimiento; solo hacen lo que Dios les ha permitido con un propósito específico.
José muestra que comprendió esto cuando dijo: “pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para ver lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Gn 50. 20).
Continuar culpando a Dios puede extender el sufrimiento. Entonces, ¿cuál es la solución?
Reconocer que su mano está en esa situación y estar en paz, confiando en que Él tiene el control.
Dios se relaciona de manera diferente con aquellos que creen.
A quienes no creen les extiende su amor, los convence de pecado, y está siempre listo para perdonarlos. Sin embargo, nunca ha prometido que usará todo para su bien, así como lo hace con sus hijos.
Aquellos que persisten en no creer y en pecar a pesar de que Dios se les ha revelado en varias ocasiones, cruzan una “línea invisible”. Al final, el Señor los entrega a su pecado (Ro 1.21-32).
Dios no inicia el pecado, pero sí causa las consecuencias.
Nunca nos tienta, pero tiene control sobre la maldad (Is 45.7).
Cuando estamos prestos a escuchar, el Señor revela nuestras faltas, orgullo y lo mucho que lo necesitamos.
Dios usa nuestros pecados para mostrarnos consecuencias, perdón y gracia.
Nos enseña que vivir como Cristo requiere una total dependencia de Él.
Su propósito siempre es conformarnos a imagen de su Hijo Jesucristo.
Puede que sintamos que este proceso es como tomar medicina, pero la meta es que nos rindamos a la sanidad de Dios. Recuerde, esto proviene de la mano de nuestro amoroso Padre celestial.
Después de ver el sermón
Considere los siguientes pensamientos y preguntas:
Dios está en todo lo que disfrutamos. ¿Por cuál bendición puede agradecerle en estos momentos?
Dios está en las pruebas dolorosas que enfrentamos. ¿Será que conocer eso le da una nueva perspectiva ante la situación difícil que enfrenta?
Cuando experimentamos el dolor a manos de otros, ¿cómo puede eso ayudarnos a ser más como Cristo?
