Cuando suceden cosas malas, queremos saber: ¿Por qué me está pasando esto a mí? A menudo buscamos a alguien a quién culpar. Los creyentes en Jesucristo saben que Dios tiene control sobre todo, pero a veces, en lugar de encontrar consuelo en el plan de Dios para nosotros, luchamos contra ese plan. El correo de hoy pregunta:
¿Es pecado enojarse con Dios? Porque a veces me enojo con Él.
Casi todos nosotros, en un momento u otro, nos enojamos con Dios porque las cosas no salen como esperábamos. Pero ¿se enfada Él a cambio? Dios comprende nuestras debilidades y flaquezas. Sabe cuando estamos frustrados y no entendemos lo que está pasando.
Cuando esto suceda, primero tenemos que preguntarnos: ¿Por qué estoy enojado con Dios? Él es el Soberano del universo, quien controla todas las cosas y prometió convertir todo para nuestro bien si andamos en su voluntad. Cuando reconocemos esos hechos, la respuesta se vuelve clara: Estamos enojados con Dios porque Él ha permitido algo en nuestra vida que no nos gusta.
La Biblia nos dice: "Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo" (Efesios 4.26, 27). Así que la verdadera cuestión aquí no son nuestros sentimientos de ira, sino si estamos pecando o no en esa ira. Depende de si nuestras emociones se convierten en rebelión hacia Dios. Si oramos y le pedimos que cambie algo y no lo hace, y nos enojamos y decidimos seguir nuestro propio camino, eso es un problema. Entonces, ¿es pecado enojarse con Dios? Sí, cuando hay un espíritu de rebelión hacia el Señor y su voluntad en su vida.
Cuando usted reconozca esta actitud, confiésela. Pídale al Señor que le revele lo que está pasando y que le perdone. Ríndase a Él y siga adelante. No hay necesidad de revolcarse en su frustración. Simplemente diga: Señor, estoy enojado. No lo entiendo. Necesito que me ayudes a superar esto. ¿Lo hará El? Sí, lo hará. Él entiende nuestro enojo y está dispuesto a perdonarnos y cambiarnos.
Nota del editor: Esta sesión de pregunta y respuesta fue adaptada de una transmisión archivada de En Contacto con el Dr. Charles Stanley.
