Dios no espera que sus hijos se limiten a conocer la Palabra de Dios para sí solos. Más bien, quiere que todos los creyentes compartan sus buenas nuevas con otros. Primera de Pedro 3.15 dice que estemos “preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”.
El término “defensa” tiene que ver con responder por uno mismo. En otras palabras, los creyentes deben estar listos para dar una explicación de su esperanza en Cristo. Muchos cristianos nunca se han tomado el tiempo de pensar en las razones de sus creencias. Entonces, cuando alguien los desafía, sienten una sensación de pánico.
Explicar la razón de nuestra fe debe ir acompañado de amabilidad y respeto. Bombardear razones rara vez lleva a una persona al Señor, pero una respuesta amable abre los corazones y los oídos. Además, todo lo que profesamos debe estar respaldado por una vida integra. Si llevamos un estilo de vida hipócrita, no solo nuestro testimonio carecerá de valor, sino que también deshonraremos el nombre de Cristo.
Los versículos de Pedro no fueron escritos para eruditos; estaban dirigidos a personas comunes y corrientes. El Señor le ayudará a pensar en su defensa, pero requiere su participación voluntaria.
Biblia en un año: Romanos 1-3