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Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

El creyente y el pecado

¿Por qué tenemos el mismo problema de pecado que teníamos antes de seguir a Cristo?

27 de enero de 2022

Romanos 7.14-25

Una vez que somos salvos, no tardamos en descubrir que todavía pecamos. Esto puede resultar confuso porque 2 Corintios 5.17 dice: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron”. Si ese versículo es cierto, ¿por qué tenemos el mismo problema de pecado que teníamos antes de seguir a Cristo?

En el pasaje de hoy, el apóstol Pablo describe esta lucha en su propia vida, y en cierto momento dice: “Si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí” (Ro 7. 20).

Aunque realmente hemos sido hechos nuevos en nuestro espíritu, seguimos viviendo en un mundo caído y tenemos una disposición natural a pecar. Lo que debemos entender es que nuestra redención, que comenzó con la salvación, no se perfeccionará hasta que el Señor Jesús regrese y transforme estos cuerpos pecaminosos para que sean gloriosos como el suyo (Fil 3.20, 21).

En nuestra conversión, fuimos liberados del castigo del pecado, por medio de la justificación. Ahora, mediante la santificación, estamos siendo liberados poco a poco del poder del pecado. Pero solo cuando seamos glorificados seremos libres de la presencia del pecado para siempre.

Biblia en un año: Éxodo 34-35

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