Nunca subestime la grandeza de Dios, ya que es una fuente de tranquilidad para quienes se refugian en Él. El Señor es superior a nosotros en todos los sentidos, y sin embargo dice: “Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu” (Is 57.15). Si usted es creyente, Él es su refugio, sustentador y protector.
La tranquilidad y las fuerzas para la vida vienen al meditar en los asombrosos atributos de Dios.
ÉL ES OMNIPRESENTE (Sal 139.7-12). Incluso cuando usted se sienta aislado o sin amigos, no está solo. De hecho, después de poner su fe en el Señor Jesús, nunca ha estado separado de Dios ni por un solo momento.
EL ENTENDIMIENTO DE DIOS ES INFINITO (Sal 147.5). Él lo sabe todo, incluidos sus sentimientos y necesidades. Es posible que no entienda lo que está sucediendo en su vida, pero el Señor lo sabe y le dará la fortaleza y la dirección que necesita.
EL SEÑOR NUNCA CAMBIA (Mal 3.6). Como su carácter es constante, siempre puede confiar en que Él será fiel, bondadoso y misericordioso con usted en cada situación.
Cuando recordamos la grandeza de Dios y meditamos en sus atributos, nuestros problemas se hacen más pequeños, el Señor se hace más grande y su tranquilidad nos rodea y sostiene.
Biblia en un año: Génesis 42-45