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Francia. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

Palabras de despedida: Cristo ora por nosotros

Antes de ir a la cruz, nuestro Salvador oró por los discípulos y por nosotros, también.

24 de marzo de 2024

Juan 17.20, 21

Después de lavar los pies a sus discípulos y encargarles que salieran al mundo, no como reyes conquistadores, sino como siervos amorosos, el Señor compartió sus pensamientos. Los ayudó a ver cómo sería esta tarea y el tipo de dificultades que enfrentarían. Ayudó a esos hombres a entender lo que significaba el “reino de Dios” y por qué debía dejarlos por un tiempo. Les prometió que, mientras Él estuviera ausente, el Consolador estaría con ellos. Y aunque el Señor dijo que sin duda tendrían problemas, luego los alentó, pues Él había vencido al mundo.

¿Puede usted imaginar que está sentado a esa mesa, compartiendo esa cena, y mirando a los ojos del Señor mientras partía el pan, bebía el vino y hablaba con su corazón?

Luego, el Señor oró por última vez por sus amigos y por todos los que creeríamos en la palabra de ellos (Jn 17.20). Cristo estaba orando por nosotros, y por tanto contamos con sus mismas palabras. ¿Qué podría ser más precioso?

En esa noche, la última noche del Señor Jesucristo antes de morir, lo único que pidió fue que permaneciéramos unidos. Que estuviéramos unidos en amor para que el mundo entero lo reconociera a Él en nosotros. Es una invitación sagrada, tan importante hoy como lo fue en aquel entonces.

Biblia en un año: 1 SAMUEL 4-6

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