Para sacarle el máximo provecho a este devocional, lea los pasajes a los que se hacen referencia.
Recuerde cuando era niño. Una palabra que probablemente detestaba escuchar era espera. Es difícil ser paciente, sobre todo cuando le aleja de algo que desea. Pero sus padres tenían una razón para hacerle esperar (Mt 7.9-11).
No importa lo que sentíamos cuando éramos niños, es seguro decir que en la edad adulta lo que está en juego suele ser mayor. Es posible que estemos esperando un milagro de sanidad, una oportunidad que nos cambie la vida o el regreso de un hijo pródigo. Sea lo que sea que anhelemos, la Biblia nos dice que Dios obrará “a favor del que espera en Él” (Is 64.4). Piense en María y Marta en Juan 11, esperando que el Señor Jesús socorriera a su hermano Lázaro en su enfermedad. Sin importar cuánto tiempo sea la demora, el Señor está obrando para nuestro beneficio, incluso cuando no hay pruebas visibles. Al final, lo que importa es lo que Él quiere para nosotros: nada menos que la resurrección.
PIENSE EN ESTO
- ¿Hay áreas en su vida en las que su impaciencia le está causando problemas? ¿Hay áreas en las que le resulta más fácil tener paciencia? Ore pidiéndole a Dios que le ayude a crecer.
Biblia en un año: Levítico 1-4