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Sermón de TV

Dirección durante la meditación bíblica

Dios puede guiarnos más allá de la indecisión y protegernos de cometer graves errores.

Charles F. Stanley 2 de octubre de 2021

Cuando meditamos en la Palabra de Dios y la escuchamos, Dios nos muestra el mejor camino para superar nuestras circunstancias. La respuesta de Dios puede no venir instantáneamente o sin esfuerzo de nuestra parte. Sin embargo, ella tiene el poder de salvar nuestras finanzas, relaciones, familias y posiblemente hasta nuestra vida.

Este mensaje fue grabado antes de la crisis de COVID-19. Para proteger a nuestro personal y a la comunidad, estamos siguiendo las pautas de seguridad y practicando el distanciamiento social. Apreciamos su comprensión.


Bosquejo del Sermón

Dirección durante la meditación bíblica

PASAJE CLAVE: Hechos 27

LECTURAS DE APOYO: Proverbios 3.5, 6

INTRODUCCIÓN

La meditación es un aspecto vital en la vida cristiana.

Es una oportunidad sagrada para estar a solas con el Señor. Aunque estemos ocupados, ese tiempo debe ser guardado y protegido, pues es por medio de él que atesoramos las verdades bíblicas en nuestra mente y corazón, recibimos el alimento espiritual, su dirección y crecemos en nuestra vida cristiana.

DESARROLLO DEL SERMÓN

La meditación tan solo consiste en enfocar nuestro corazón, vida, alma y espíritu en Dios al escucharlo y responderle para así crecer espiritualmente. Aunque podemos meditar solo en un par de versículos, también es posible que reflexionemos en un capítulo completo. Cada porción de la Biblia está llena de enseñanzas, aún aquellas que, a primera vista, parezcan irrelevantes para nuestras vidas. Hechos 27 es un ejemplo. Aunque describe la historia de una tormenta en alta mar que termina en naufragio, Dios puede darnos grandes enseñanzas con este pasaje.

Meditación en Hechos 27

Este capítulo relata el viaje de Pablo por mar como prisionero, en su camino a Roma, donde presentaría su caso ante el César. Aunque los vientos eran contrarios y la navegación difícil, al final el barco arribó a la isla de Creta. En ese momento tenían que decidir entre continuar con su travesía o quedarse en ese puerto, pues la navegación se había vuelto muy peligrosa (Hch 27.1-9).

La meditación nos protege de escuchar las voces equivocadas.

Pablo les advirtió: “Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas” (Hch 27.10). Sin embargo, el centurión a cargo de los prisioneros dio más crédito al piloto y al capitán de la nave que a las palabras de Pablo. Como ese puerto no era cómodo para pasar el invierno, la mayoría acordó zarpar para ver si podían llegar a uno más seguro donde pudieran invernar. Así que, al llegar una brisa del sur, asumieron que esa era una buena oportunidad. Sin embargo, poco después de haber zarpado, un viento huracanado llamado Euroclidón tomó el control del barco y fueron llevados a la deriva hacia alta mar (Hch 27.11-15).

La meditación nos mantiene enfocados en lo que nos dice Dios. Si descuidamos esta práctica, seremos extraviados con facilidad por los consejos de otros, por la opinión de la mayoría o aún por nuestra propia perspectiva basada en la lógica humana o en las apariencias de las circunstancias. Nada de esto es una fuente confiable para tomar decisiones, porque la voluntad de Dios solo se revela en su Palabra. Al leer las Sagradas Escrituras escuchamos la voz correcta, la del Señor, quien es nuestro sabio consejero personal.

Ninguno de nosotros es lo suficientemente competente como para no necesitar la ayuda de Dios. No sabemos lo que traerá cada día. Como el centurión y los marineros que zarparon del puerto, podemos encontrarnos en una tormenta inesperada. Ellos anticipaban un corto viaje al próximo puerto, pero a cambio fueron llevados mar adentro y al final naufragaron. El consejo insensato que aceptaron les resultó muy costoso.

La meditación nos ayuda en las tormentas de la vida.

Durante las siguientes semanas el barco fue sacudido por una tempestad tan furiosa que comenzaron a perder toda esperanza. Después de varios días, Pablo los amonestó por no haber seguido su consejo, pero también los exhortó al decirles: “Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho. Con todo, es necesario que demos en alguna isla” (Hch 27.22-26).

Algunos de los marineros intentaron huir de la nave, pero Pablo les advirtió al centurión y a sus soldados: “Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros” (Hch 27.31). En esa ocasión los soldados escucharon su consejo y frustraron el plan de escape. Como resultado, todo sucedió tal y como Pablo lo había pronosticado. El barco encalló, pero los 276 a bordo sobrevivieron porque confiaron en el consejo de Pablo.

Se salvaron como resultado de la fidelidad de Dios hacia Pablo. El Señor había declarado que Pablo iría a Roma y nada, incluso una tormenta o un naufragio, estorbaría sus planes. Lo mismo sucede en nuestra vida. En nuestras tormentas, ya sean físicas, espirituales o emocionales, o en cualquier otra situación difícil, la meditación en la Palabra de Dios nos conecta con el Señor y nos ancla. Cuando nos sentimos envueltos por la incertidumbre y la falta de esperanza, Él nos da la dirección que necesitamos. Pero si lo ignoramos y confiamos en nosotros mismos, podemos llegar a naufragar y sufrir grandes pérdidas

Aplicaciones de Hechos 27

Esta porción bíblica nos enseña qué hacer y cómo reaccionar ante las diversas situaciones que enfrentamos a diario.

  • La actividad más importante en la vida de cada seguidor de Jesucristo es dedicar tiempo a solas con Él, en la meditación de su Palabra. Era una prioridad en la vida de Pablo y también debe serlo en la nuestra. Al escuchar su voz por medio de la Biblia, se nos resguarda de tomar decisiones insensatas y de sus consecuencias. Como Dios nos amó lo suficiente para entregar a su Hijo como sacrificio por nuestros pecados, y nos ha guardado hasta ahora, podemos confiar en que también nos dará la dirección y protección que necesitamos en el futuro.
  • Tomar decisiones basándonos en la voluntad de Dios. Quienes hemos sido salvos por Jesucristo, tenemos que obedecerlo, no solo al tomar grandes decisiones, sino también en aquellas pequeñas que parecieran intranscendentes. Por medio de la meditación bíblica, el Señor nos advierte que seamos cuidadosos en nuestra manera de vivir, nos exhorta a no pecar y nos dice lo que debemos hacer. Aprendemos lo que Él desea alcanzar en nuestra vida y cómo debemos responder a las personas y situaciones. Dios continúa obrando por nosotros, nutriéndonos por medio de su Palabra y empoderándonos a través de su Espíritu Santo para que podamos comprender y obedecer lo que nos dice.

REFLEXIÓN

  • ¿Es la meditación en el Señor una prioridad en su vida? ¿Qué situaciones le impiden ser consecuente en ello?
  • ¿Aparta un tiempo cada día para estar con Dios, por medio de su Palabra y oración? Para desarrollar el hábito consecuente de la meditación, escoja la hora que más le convenga. ¿Cuándo tiene menos distracciones? ¿De qué manera puede administrar sus responsabilidades y la dinámica familiar para encontrar el mejor tiempo?
  • Al leer las Sagradas Escrituras, ¿se rinde fácilmente ante esos pasajes difíciles de entender o que parecen ser irrelevantes? De ser así, vuelva a leerlos, y pídale al Señor que le dé entendimiento y le enseñe cómo aplicar esa verdad.

Enlace de descarga

Este mensaje es parte de la serie La meditación en la Palabra de Dios.

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