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Sermón de TV

Esperemos el tiempo de Dios, Pt.2

El Dr. Stanley revela las razones bíblicas por las que debemos esperar en Dios.

29 de enero de 2022

David fue un hombre que eligió vivir según el plan y tiempo de Dios. David esperó 14 años para convertirse en rey y pasó la mayor parte de ese tiempo escondido. El Dr. Stanley revela las razones bíblicas por las que debemos seguir el ejemplo de David. Nunca nos decepcionaremos si elegimos esperar en el Señor.
En lugar de impacientarnos, ponernos nerviosos o frustrados, Dios quiere que esperemos con paciencia, tranquilidad y valentía.

Bosquejo del Sermón

ESPEREMOS EL TIEMPO DE DIOS
PASAJE CLAVE:
Isaías 64.4
LECTURA DE APOYO:
Salmo 37.9, 34; 40.1-3 | Isaías 49.23 | Lamentaciones 3.25, 26  |  Filipenses 4.4-7
INTRODUCCIÓN

Aunque Dios nos ama y ha prometido satisfacer nuestras necesidades, no siempre nos da lo que deseamos de inmediato.

De otra manera, vendría a ocupar un lugar secundario en nuestra vida, pues nuestro interés principal sería aquello que pueda darnos. Además, nuestras peticiones no siempre están de acuerdo con su voluntad, pero incluso aunque cuando sí lo estén, es posible que tengamos que esperar a que llegue su tiempo. En vez de ver esta demora como algo malo, debemos verla como una muestra de amor de nuestro Padre celestial. Si nos impacientamos, nos perderemos sus mejores bendiciones.
DESARROLLO DEL SERMÓN

Isaías 64.4 nos dice que el Señor obra en aquellos que esperan en Él.

Como el Señor es omnisciente, conoce todo lo relacionado con nosotros y obra en cada aspecto de nuestra vida para cumplir su propósito y hacernos conforme a la imagen de su Hijo. A lo largo de nuestra vida, Él quita todo aquello que estorba la obra que desea hacer en nosotros y añade lo que es de bendición, mientras nos guía.
¿Por qué debemos esperar el tiempo del Señor?

Para recibir lo mejor que tiene para nosotros, debemos estar dispuestos a esperar a que actúe a nuestro favor:

  • Para preparar las circunstancias. Si andamos en la voluntad de Dios, Él obrará en situaciones y en la vida de otros para que su plan se cumpla en nosotros. Al estar dispuestos a esperar, demostramos que valoramos lo que Dios desea darnos y no nuestra voluntad.
  • Para purificar nuestros motivos. Cuando Dios no concede nuestras peticiones, debemos examinarnos, para así saber si hemos pedido lo que es correcto, o si lo hemos hecho por razones egoístas. El Señor anhela que los deseos de nuestro corazón estén acorde con la vida cristiana a la que hemos sido llamados.
  • Para protegernos de cometer errores. Cuando nuestro Padre celestial nos ve dirigirnos por el camino equivocado, interviene al ponernos obstáculos. Nos ama demasiado como para permitir que nos destruyamos a nosotros mismos.
  • Para que nuestra vida sea transformada. Cuando Dios retiene su respuesta a nuestra oración, lo hace para demostrar su amor al hacer lo que es mejor para sus hijos. Su meta es transformarnos y hacernos mejores personas.

Cuando pasamos por tiempos de espera, tenemos tres opciones:

  • Manipular la situación. En ocasiones nos sentimos tentados a bordear los obstáculos hasta que obtengamos lo que deseamos. El problema radica en que al hacer esto nos salimos de la voluntad de Dios y eventualmente sufrimos las consecuencias.
  • Dejar de orar. Cuando el Señor no responde a nuestras peticiones podemos optar por no incluir esa petición en nuestras oraciones. Sin embargo, las mejores cosas de la vida, a menudo, se hacen esperar.
  • Esperar y observar cómo Dios interviene a nuestro favor. Después de haber orado, podemos escoger confiar en el Señor y permitirle que actúe de acuerdo a su voluntad y tiempo.

¿Cuáles son los requerimientos para esperar en el Señor?

Somos una generación en constante movimiento. Algunos no dedican tiempo para estar a solas con el Señor y pedirle que hable a sus corazones. Es posible que esta sea una de las razones por las que muchos sufren, pues no han dedicado tiempo para escuchar a Dios. Esperar en el Señor requiere no solo tiempo, sino también:

  • Confianza. Las bendiciones de Dios solo llegan en su tiempo. No siempre podremos comprender o apreciar lo que hace, pero debemos confiar en Él. 
  • Humildad. Esperar en el Señor requiere que tengamos un espíritu humilde que sepa reconocer que sus caminos son mejores que los nuestros.
  • Paciencia. Dios no es nuestro siervo para seguir nuestras instrucciones. Por el contrario, somos nosotros los que debemos dejarnos guiar por Él. Y aunque la espera sea larga, siempre vale la pena esperar por sus bendiciones.
  • Valentía. Esperar en el Señor requiere la fortaleza para resistirnos a...
    • La tentación de seguir nuestro itinerario. Debemos mantener nuestra mente enfocada en la voluntad de Dios y no en nuestros deseos.
    • La tentación de rendirnos ante la presión de otros. Muchos nos ofrecerán consejos, pero debemos seguir la voluntad de Dios y no la de los hombres.
    • La tentación de sentir miedo. Quizás nos preguntemos si el plan de Dios será efectivo en nuestra vida. Pero no tenemos ninguna razón para sentir miedo, pues el Señor protege y defiende a sus hijos cuando andan en su voluntad.

¿Qué sucede cuando no esperamos en Dios?

  • Nos salimos de la voluntad de Dios. Alterar lo que el Señor nos ha indicado que hagamos es un acto de desobediencia, y por tanto seremos disciplinados con amor.
  • Retrasamos sus bendiciones. Cuando decidimos seguir nuestros propios caminos, Dios no bendice nuestra desobediencia.
  • Traemos dolor y sufrimiento a nuestra vida. El tratar de cambiar los planes de Dios al salirnos de su voluntad no mejora nuestra situación, sino causa más problemas.
  • Nos sentimos confundidos. Cuando no seguimos la voluntad de Dios comenzamos a preguntarnos qué sucede en nuestra vida.
  • Causamos sufrimiento a otras personas. Salirnos de los caminos de Dios afecta la vida de otras personas, pues sufren las consecuencias de nuestra desobediencia.
  • Nos exponemos a una crisis económica. Si no esperamos en el tiempo del Señor para que nos provea de acuerdo a su voluntad, tomaremos decisiones que nos afectaran en gran manera.

¿Qué sucede cuando esperamos?

Cuando esperamos en el Señor, creyendo que su voluntad es lo mejor para nuestra vida y que cumplirá todo aquello que nos ha prometido:

  • Mostrará su bondad para con nosotros (Lm 3.25, 26)
  • Responderá nuestras oraciones (Sal 40.1-3).
  • Si lo obedecemos veremos sus promesas hechas realidad (Is 49.23).
  • Nos capacitará para vencer los temores (Sal 37.9, 34).
  • Disfrutaremos de la paz de Dios mientras andamos en su voluntad (Fil 4.4-7).

REFLEXIÓN

  • ¿Puede recordar momentos en los que el Señor ha obrado en su vida mientras usted esperaba una respuesta?
  • Recuerde alguna ocasión en la que no estuvo dispuesto a esperar en el tiempo del Señor. ¿Cuáles fueron las consecuencias que sufrió y qué aprendió de esa situación?
  • ¿Qué puede hacer para confiar más en el Señor mientras espera en el plan que ha trazado para usted?
  • ¿Está usted dispuesto a orar, diciendo:“Señor, no me siento capaz, pero obedeceré lo que me ordenes”? Amigo, Dios le usará y le bendecirá si usted está dispuesto a someterse a su voluntad.

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