Somos receptores agradecidos de la abundante gracia de Dios, tanto para el perdón de los pecados como para la vida y las bendiciones de cada día. Sin embargo, nunca en la historia de la humanidad se manifestó su gracia de manera tan profunda como en el día en que Jesucristo murió en el Calvario. En este mensaje, el Dr. Stanley explora la conexión fundamental entre la gracia divina y la cruz de Cristo.
Bosquejo del Sermón
Por medio de la cruz, Dios reveló una solución extraordinaria para un problema insuperable. Al mismo tiempo, también nos muestra la grandeza de su amor y bondad para con nosotros. En el sermón de esta semana, el Dr. Stanley examina la conexión entre la cruz y la generosidad de Dios.
Pasaje clave: Romanos 3.21-27
Lecturas de apoyo: Génesis 2.17; Ezequiel 18.4; Juan 3.14; 12.32; Hechos 2.22, 23; Romanos 3.10; 6.23; Efesios 1.4; Colosenses 1.22; 1 Pedro 2.24; 1 Juan 1.8, 10; 2.1, 2; 4.10
La necesidad más grande que toda persona tiene es la gracia de Dios.
► “Si ponemos a un lado la cruz de Cristo, no contamos con ninguna promesa”.
La cruz muestra nuestra necesidad de la gracia. Las Sagradas Escrituras nos dicen que…
Todos hemos pecado, y que no hay justo ni aún uno (Ro 3.23, 10).
Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y decimos que Dios es mentiroso (1 Jn 1.8, 10).
Nuestro Padre celestial aborrece el pecado porque nos separa de Él.
Como Dios es santo, debe juzgar el pecado, y la pena por el pecado es la muerte (Gn 2.17; Ez 18.14; Ro 6.23).
La cruz muestra el costo de la gracia. Debemos recordar que…
Dios no puede actuar en contradicción con su santa naturaleza.
La cruz es la solución al conflicto entre la santidad de Dios y la pecaminosidad del ser humano; es la cumbre de su expresión de la gracia (Ro 3.24, 25).
Ser justificado es un regalo. Dios es quien paga el costo, no nosotros (Ro 3.24).
La justificación nos declara justos delante de Dios. Es Él quien nos hace santos y sin pecado delante de sus ojos (Ef 1.4).
La gracia fue posible solo por medio de la muerte de Jesucristo en la cruz (Col 1.22). Él llevó nuestros pecados en su propio cuerpo (1 P 2.24).
La gracia trae reconciliación. Somos traídos de vuelta a una relación correcta con Dios.
La cruz es la solución al conflicto entre la santidad de Dios y la pecaminosidad del ser humano; es la cumbre de su expresión de la gracia (Ro 3.24; Mr 10.45).
Trae propiciación. El sacrificio hecho en nuestro nombre para evitar la ira de Dios (1 Jn 2.1, 2; 4.10).
► “Solo se espera que tengamos fe, pues no tenemos que ofrecer nada más”.
La cruz muestra la naturaleza de la gracia. Debemos recordar que…
Es la bondad de Dios para con la humanidad que nos da por voluntad propia, a pesar de que no la merecemos.
El sacrificio de los animales no removía el pecado de los hebreos; pero por su bondad, Dios detuvo el juicio hasta que Jesucristo fuera crucificado (Ro 3.25).
En la cruz el Señor saldó la deuda que los seres humanos tenían por los pecados del pasado, presente y futuro.
Fue la única manera en que la justicia de Dios podía prevalecer sin llegar a destruirnos (Ro 3.26).
La fe es todo lo que necesitamos para recibir este regalo (Ro 3.27).
Jesucristo tenía que morir por nosotros, pero el Padre celestial lo levantó de la muerte (Hch 2.22, 23).
La cruz muestra la oferta universal de la gracia. Nadie es dejado fuera porque…
Jesucristo es el sacrificio expiatorio, aún para los que vivieron antes.
La cruz hizo posible que todos tuviéramos la oportunidad de ser perdonados (Jn 3.14-16).
Por medio de su sacrificio, Cristo nos dio a todos la oportunidad de ser atraidos a Él (Jn 12.32).
Después de ver el sermón
Dedique tiempo para escribir las palabras que le vengan a la mente al considerar la cruz y la obra que Jesucristo hizo en ella. Circule aquellas que más resalten y úselas para escribir una oración de agradecimiento.
¿Sabía que la Última Cena es también conocida como la “Eucaristía”? Esta es una palabra que proviene del término griego eucharisteó (una combinación de eu, que significa “bueno”, y charis, que significa “gracia” o “agradecimiento”. Que todos podamos estar agradecidos por este maravilloso regalo de la gracia.