Es imposible comprender por completo lo profundo y genuino que es el amor de Dios por nosotros. Sin embargo, la verdadera pregunta es: ¿cuánto estamos dispuestos a aceptar, experimentar y disfrutar de ese amor? En este mensaje, el Dr. Stanley nos guía a vivir con plena confianza en el amor y la gracia de Dios, tesoros espirituales que nos pertenecen como fruto de nuestra relación con Él.
Bosquejo del Sermón
¿Sabía usted que cada creyente en Cristo posee una extraordinaria riqueza en los dones que Dios ha dado a sus hijos? En el mensaje de hoy, el Dr. Stanley examina a detalle todo lo que nuestro Padre celestial nos ha dado por medio de su Hijo Jesucristo.
Pasaje clave: Efesios 1.3-9
Lecturas de apoyo: Juan 15.4, 5; Romanos 3.24; 5.17, 20; 8.16, 17, 29, 30; 1 Corintios 8.9; 2 Corintios 5.18; Gálatas 2.16, 21; Efesios 2.10; Filipenses 3.20; Colosenses 1.15-17; 2.9, 10; 1 Timoteo 1.12-14; Hebreos 4.16; 1 Juan 1.6, 7
¿Puede usted en verdad apreciar la inmensidad del amor de Dios?
► “Dios no se limita cuando se trata de amarnos”.
La gracia de Dios es…
Su incontenible y enorme bondad para con la humanidad.
Un tesoro que nos pertenece gracias a nuestra relación personal con Jesucristo (Ef 1.3-9).
La posesión personal de cada creyente.
Las características de la gracia de Dios:
Concedida por Dios (Ef 1.3). Solo el Señor puede darnos este tesoro.
Dada por voluntad propia (Ef 1.6). Este regalo no tiene nada que ver con nuestros méritos propios.
Dada en sobreabundancia (Ef 1.7, 8). Nos la da con suma generosidad.
Inmediata. Recibimos todas las riquezas de la gracia en la salvación, pero nuestra capacidad para disfrutarlas crece a medida que maduramos en Cristo.
Simultánea. Todos estos regalos nos son dados al mismo tiempo.
Por el mérito y la obra de Cristo (Ef 1.4-7). Él es la fuente de todo lo que tenemos.
Eterna. Lo que Dios nos ha dado no puede ser arrebatado por otras personas, ni por el enemigo, ni tan siquiera por la muerte.
► “Somos hermanos del Señor Jesucristo”.
En las riquezas de su gracia somos…
Puestos en el gran plan de Dios (Ro 8.29, 30).
Redimidos (Ef 1.7).
Perdonados (1 Jn 1.6, 7).
Justificados (Ro 3.24).
Reconciliados (2 Co 5.18).
Liberados de la ley (Ga 2.16, 21).
Puestos en unión con Dios (Jn 15.4, 5).
Hechos hijos y herederos de Dios (Ro 8.16, 17; Col 1.15-17).
Hechos ciudadanos del Cielo (Fil 3.20).
Santificados para el propósito de Dios (Ef 2.10).
Admitidos de manera instantánea al trono de Dios (He 4.16).
Sentados en los lugares celestiales con Cristo (Ef 1.6).
Hechos completos (Col 2.9, 10).
Glorificados (Ro 8.30).
Después de ver el sermón
En su libro El propósito supremo de Dios: Una exposición de Efesios 1, el pastor David Martyn Lloyd-Jones declara: “Nuestra mayor necesidad es venir a ser quien ya somos en Cristo” (énfasis añadido). Somos las dos cosas, “ya hemos sido” perfeccionados en el Señor, y a la misma vez, es algo que “aún no” ha culminado. ¿De qué manera, el saber que esta obra ya ha sido garantizada en usted, le ayuda a valorar todo lo que es suyo por la gracia de Dios?
Una de las mejores maneras de enfocarnos en nuestras bendiciones, es contar con un diario de agradecimiento. Comience uno con las riquezas que el Dr. Stanley mencionó hoy, lea el pasaje bíblico correspondiente y escriba sus pensamientos. ¿De qué manera esas verdades impactan cada día su “forma de vivir y toda su existencia”? (Hch 17.28).