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Sermón de TV

Llamado al arrepentimiento

Descubra qué es en verdad el arrepentimiento y cómo liberarse de los pecados que nos atrapan continuamente.

12 de febrero de 2022

¿Cuántas veces ha ido usted al Señor confesando lo mismo una y otra vez? ¿Cuántas veces le ha dicho lo arrepentido que está y le ha prometido que no volverá a cometer el mismo pecado, pero en el fondo sabe que lo volverá a hacer? Con la ayuda de este mensaje, aprenderemos lo que en verdad es el arrepentimiento y cómo liberarnos de los pecados que nos atrapan continuamente.

Bosquejo del Sermón

UN LLAMADO AL ARREPENTIMIENTO
PASAJE CLAVE:
Lucas 24.44-49
LECTURA DE APOYO: Mateo 1.1; 3.1, 2; 4.17; 7.21-23 | Marcos 1.1, 2 | Lucas 3.23-38; 5.32 | Juan 3.16; 20.30, 31 | Hechos 2.38; 16.31; 17.30 | Romanos 2.4; 6.4; 10.13Efesios 4.22-24 | Colosenses 3.8-10 | 2 Pedro 3.9 | 1 Juan 1.9 | Apocalipsis 2; 3
INTRODUCCIÓN

¿Cuántas veces le ha confesado el mismo pecado al Señor por sentirse mal, prometiendo que no volverá a hacerlo?

Aun así, en lo profundo de su ser, duda que lo cumplirá. ¿Acaso no hemos estado todos en esa situación? Quizás el problema radica en que, a pesar de nuestras confesiones, nunca hemos experimentado un arrepentimiento genuino.
DESARROLLO DEL SERMÓN

El arrepentimiento es crucial para la salvación y para crecer en santidad. Antes de que Jesucristo ascendiera al cielo comisionó a sus discípulos al decirles: “que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones” (Lc 24.47).
La Biblia enseña mucho acerca del arrepentimiento.

  • Mateo 3.1, 2. Juan el Bautista predicó: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.
  • Mateo 4.17. Poco tiempo después Jesucristo vino a proclamar el mismo mensaje.
  • Lucas 5.32. Jesucristo dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento”.
  • Hechos 2.38. Pedro dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
  • 2 Pedro 3.9. El Señor “es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.

¿Qué es el arrepentimiento?

Como el mensaje del arrepentimiento es tan crucial en la Biblia, es importante que podamos comprender a cabalidad el significado bíblico de este término.
La definición

  • En el Nuevo Testamento, el arrepentimiento consiste en reconocer nuestro pecado y comprometernos a cambiar de dirección. El dolor, la culpa y el remordimiento acompañan al arrepentimiento, pero no son evidencia del mismo, a no ser que exista un cambio de comportamiento.
  • En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea para arrepentimiento significa “cambiar”. Cuando alguien se arrepiente, cambia sus malos caminos en obediencia a Dios.

El proceso

El arrepentimiento comienza cuando el Espíritu Santo nos muestra lo que hemos hecho mal. En ese instante sentimos dolor al reconocer nuestro pecado contra Dios y nos sentimos culpables. Pero ese no es el final. Un arrepentimiento genuino implica un cambio de mente, corazón, dirección y conducta. En vez de tolerar el pecado, ahora lo aborrecemos y vivimos en obediencia al Todopoderoso.

El papel del arrepentimiento en la salvación

En el Nuevo Testamento se usan varios términos para referirse a la salvación. Tanto Cristo como Pablo llamaron a las personas al arrepentimiento, pero Juan hizo énfasis en creer. La razón por la que escribió su Evangelio fue “para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Jn 20.31).
Quienes redactaron la Biblia no fueron guiados por el Espíritu Santo a usar todas las palabras que existen en relación con la salvación, cada vez que hablaban de ese tema. Los términos fe, creer y arrepentimiento se refieren a la conversión y pueden ser usados de manera indistinta. La fe y el arrepentimiento pueden ser descritos como dos caras de una misma moneda. Los dos son imprescindibles para ser salvo, y aunque solo se haga mención a una de ellas en un pasaje en particular, la otra también está implícita.

Por ejemplo, cuando Pablo y Silas le explicaron al carcelero de Filipos cómo ser salvo, le dijeron: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hch 16.31). No le dijeron “arrepiéntete y cree”, pues solo un término era necesario, ya que el concepto incluye los dos.

La salvación genuina siempre trae como resultado un cambio de vida. El bautismo describe esa conversión. Morimos al pecado, somos sepultados con Cristo y levantados con Él para una vida nueva (Ro 6.4). La muerte al pecado y la vida nueva en el Señor son la evidencia de una salvación genuina. Si nada cambia en nuestra vida, es porque no nos hemos arrepentido, y solo tenemos una fe intelectual.
Conceptos erróneos sobre el arrepentimiento

Si no comprendemos que la fe y el arrepentimiento son las dos caras de la salvación, trataremos de separarlas.

  • Algunos afirman que el arrepentimiento es innecesario para ser salvo. Lo ven como una obra interna, pero solo somos salvos por gracia, por medio de la fe. No se dan cuenta de que tanto la fe como el arrepentimiento caracterizan una salvación genuina. Los verdaderos cristianos depositan su fe en el Señor y se alejan del pecado.
  • Otros sitúan el arrepentimiento antes de la salvación. Creen que deben purificar sus vidas antes de confiar en Cristo; pero no tienen el poder para hacerlo. Tanto la salvación, como la purificación son obras de Dios. Es su Espíritu quien nos guía al arrepentimiento al traer convicción de pecado en nosotros y al hacernos reconocer nuestra necesidad del Salvador. El evangelio explica que Jesucristo pagó la deuda de nuestros pecados con su muerte. Cuando depositamos nuestra fe en Él como Salvador, nuestros pecados son perdonados y Dios nos limpia tal y como promete en 1 Juan 1.9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.

El arrepentimiento trae un cambio inmediato cuando somos salvos, pero también consiste en un proceso continuo después de ese suceso. Somos cambiados de manera radical al ser salvos, pero el proceso de purificación en nuestra vida no siempre es rápido. Cada vez que Dios nos muestre un área que debe ser cambiada, debemos alejarnos de ese pecado por el poder de su Espíritu que mora en nosotros. Como el Señor nunca cesa de purificarnos, no debemos dejar de confesar y arrepentirnos.

Confesión y arrepentimiento

La confesión no solo consiste en enumerar nuestras desobediencias ante Dios, agradecerle por su perdón y continuar con nuestra vida. La confesión consiste en estar de acuerdo con Dios respecto a nuestro pecado y a lo que debemos hacer en relación a él. Es ver nuestros pecados desde su perspectiva. La confesión bíblica incluye una actitud de arrepentimiento. No se trata de confesarnos a la ligera, sino con un arrepentimiento que produzca victoria sobre el pecado, por medio del poder del Espíritu Santo.
Conclusión

El arrepentimiento es necesario para todos. Para el no creyente, es esencial para su salvación. Para el creyente es crucial para una diaria purificación y una continua comunión con Dios.

REFLEXIÓN

  • Si le resulta difícil vencer cierto pecado, a pesar de haberlo confesado, ¿qué cambios piensa hacer?
  • A veces el problema radica en que todavía disfrutamos del pecado. ¿Qué beneficios obtiene? ¿Qué nos dice Dios acerca de esto en su Palabra?

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