¿Qué tiene que ver el amor con la protección? Pues mucho. Los padres protegen a sus hijos del peligro por una devoción instintiva e intensa. Los amigos se defienden mutuamente por afecto fraternal. Cuidamos con ternura a nuestras mascotas porque nos importan mucho. Pues bien, la protección de Dios tiene algo en común con todo esto. Él vela por quienes ama.
Ilustración por Adam Cruft
Contexto
Los salmos suelen clasificarse en diferentes tipos como alabanza, lamentación y acción de gracias. El salmo de hoy es de sabiduría, uno que comparte una verdad importante.
Lea
Reflexione
Las promesas de Dios son para todos los creyentes, pero eso no significa que las recibamos pasivamente. Tenemos que estar conectados con Dios para experimentar los beneficios de conocerlo.
Se suele pensar que el Salmo 91 es una oración de protección. Pero, en realidad, presenta la protección como resultado de algo más importante.
En el versículo 1, el verbo hebreo traducido como “habita” es yashab, que significa “sentarse; quedarse”. La Biblia dice que, como creyentes en Cristo, somos parte de la casa de Dios (Ef 2.19). Así que ya “moramos” en su refugio. Pero es posible compartir un espacio para vivir sin hablar ni interactuar mucho.
Lea de nuevo la segunda parte del Salmo 91.1. El verbo hebreo traducido como “acoger” es luwn, que significa “pasar la noche”. Una interpretación libre de las líneas 1 y 2, entonces, podría ser “el que se sienta en compañía de Dios pasará las noches con Él”. Enumere algunas experiencias que podrían considerarse “noches”. ¿Cómo le ha ayudado el tiempo con el Señor a superar períodos oscuros en el pasado?
En el versículo 2, el salmista llama a Dios su “refugio” y “fortaleza”. Piense en el significado de la palabra yashab en el versículo 1. ¿Qué tiene que ver “habitar” con una “fortaleza”? Mientras considera su respuesta, recuerde que Cristo se refirió al enemigo (Satanás) como “el príncipe de este mundo” (Jn 16.11).
Continuación del estudio
Dios promete protegernos y estar con nosotros en las aflicciones.
De los peligros enumerados (Sal 91.3-13), elija uno del que haya visto que Dios le ha protegido. Luego, escoja uno para el que su cuidado puede haber sido indetectable. Reconocer las bondades invisibles de Dios demuestra humildad y un corazón agradecido.
Al vivir en intimidad con el Señor y buscar su presencia, descubrimos su amor y su fidelidad (Sal 91.11, 14-16). ¿Le sorprende esto? Piense en dónde le gustaría encontrarse en este flujo continuo. ¿Cuáles son algunas de las maneras en que puede cultivar su relación en esa dirección?
No importa qué tan cerca caminemos de Dios, seguiremos experimentando pruebas, sufrimientos y, por supuesto, la muerte física.
Reflexione
El Salmo 91 describe las bendiciones que Dios concede cuando hacerlo es lo mejor para nosotros, de acuerdo con su voluntad.
Si Dios permite que experimentemos problemas, los usará para nuestro bien (Ro 8.28). El gozo se encuentra en regocijarse cuando Él decide protegernos del peligro y también cuando camina con nosotros. (Véase Stg 1.2, 3).
Profundice
Considere los aspectos más profundos de este estudio.
Al final del Salmo 91, el salmista deja de hablar con sus propias palabras y cita a Dios, indicando que en una relación estrecha con el Señor, escucharemos lo que Él tiene que decir (Sal 91.14-16). Esto no ocurrirá necesariamente de forma audible, sino que es común tener el “conocimiento interno” de que Dios ha expresado algo. Fíjese en que Dios parece estar complacido de que el salmista conozca su nombre (Sal 91.14). ¿Ha experimentado usted alguna vez una relación afectuosa en la que usted y la otra persona tienen nombres especiales el uno para el otro? Esta puede ser una dulce y agradable expresión de amor. Veamos los nombres que el salmista usa para Dios.
Altísimo (v. 1): Este nombre indica la supremacía de Dios sobre todo. ¿Qué sentimiento evoca ese nombre en usted? ¿Miedo? ¿Reverencia? ¿Temor y respeto? ¿Regocijo? Examine su reacción.
Omnipotente (v. 1): El significado hebreo de El Shaddai está relacionado con los campos y la tierra. ¿De qué manera la soberanía suprema de Dios le inspira confianza?
Mi Dios (v. 2): El salmista usa el posesivo “mi” con Elohim. ¿Esto le parece atrevido? ¿Conmovedor? ¿Razonable? Pregúntese si ha alcanzado este nivel de intimidad con el Señor.
Como creyente, usted vive en el bastión de Dios, donde Él siempre está disponible. Cuanto más le busque, más se acercará a Él. Qué gozo será escucharle decir de usted: “¡Este hijo mío me ama!”. Si ya lo ha hecho, considérese profunda y ricamente bendecido.