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Faro de Kilauea, Kauai, Hawái. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

El peligro de confiar en lo que no es Dios

El Señor Jesucristo nos salva y nos provee todo lo necesario para la vida diaria.

10 de diciembre de 2025

1 Juan 2.15-17

En Lucas 18.18-30, un dirigente rico se acercó al Señor Jesús para preguntar cómo asegurar su futuro eterno. El Señor aprovechó la oportunidad para revelar al hombre su forma de pensar equivocada y el obstáculo espiritual que lo detenía.

Primero, este hombre adinerado creía equivocadamente que las buenas obras le asegurarían la entrada al cielo. Sin embargo, la vida eterna no se “compra”, sino que es un regalo que recibimos por fe en Jesucristo. No podemos obtenerla por nosotros mismos; se nos da en el momento de la salvación, cuando el Espíritu Santo viene a morar en nuestro interior (Jn 4.14; 14.16, 17).

Segundo, la identidad del hombre estaba atada a sus bienes materiales. El Señor le lanzó un desafío: “Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres... y ven, sígueme” (Mr 10.21). No era un requisito para salvarse, sino para mostrarle que sus posesiones lo controlaban. Aunque Cristo le ofreció un tesoro en el cielo, el hombre se fue.

¿Hemos caído en la trampa de creer en el Señor para la salvación, pero confiar en nosotros mismos para la vida diaria? Es tentador depender de nuestra inteligencia, bienes o familia en vez de buscar a Dios para guía y soluciones. ¿De quién o qué depende usted?

BIBLIA EN UN AÑO: COLOSENSES 1-4

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