Saltar al contenido principal
Lago Moraine, Parque Nacional de Banff, Alberta, Canadá. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

Pies limpios, corazón limpio

Servir con humildad a los demás glorifica a nuestro Salvador.

9 de diciembre de 2025

Juan 13.3-15

En el antiguo Israel, caminar con sandalias durante el día ensuciaba mucho los pies. Por eso, al entrar a una casa, era habitual quitarse las sandalias y limpiarse los pies. En hogares ricos, el trabajador de más baja posición era responsable de lavar los pies de quienes vivían en la casa.

Imagínese la sorpresa de los discípulos cuando el Hijo de Dios asumió el papel de un humilde siervo y se arrodilló para lavarles los pies. La necesidad de tal servicio era grande, pero ninguno de ellos se ofreció a hacerlo. El Señor Jesús hizo más que satisfacer una necesidad; ofreció una lección práctica, explicando: “Ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Jn 13.15).

El Señor quiere que estemos dispuestos a humillarnos para servir a los demás. Busca hombres y mujeres que dejen de lado el orgullo, el estatus social y el poder, dispuestos a hacer lo que sea necesario, donde sea necesario, y para quien necesite ayuda.

Este acto humilde de servicio lo realizó el Señor el día antes de su juicio y crucifixión. Sí, lavó pies sucios con las mismas manos que serían atravesadas por los clavos. Se tomó el tiempo para mostrarnos que cada tarea que Dios nos encomienda, por más “humilde” que sea, es importante para su reino.

BIBLIA EN UN AÑO: FILIPENSES 1-4

Otros devocionles


Ver todas las meditaciones diarias