Saltar al contenido principal
Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

Cuando Dios guarda silencio

Deje que la vida de Cristo brille a través de nosotros en las dificultades, para afianzar nuestra confianza en la bondad del Padre celestial y fortalecer nuestra seguridad en su amorosa soberanía.

29 de diciembre de 2021

Juan 11.1-44

En tiempos de necesidad urgente, nuestras oraciones se vuelven fervientes y nuestro deseo de una respuesta rápida se intensifica. Parece que si el Señor no interviene pronto, podría ocurrir lo que tanto tememos. Y sin una respuesta detectable de Dios, podemos sentir como si a Él no le importara, aunque la Biblia nos asegura que sí le importa (1 P 5.7).

Es posible que María y Marta se sintieran así después de pedirle al Señor Jesús que viniera a sanar a Lázaro. Sabían que el Señor los amaba, pero cuando no se presentó a tiempo, su dolor superó su fe, y ambas expresaron su decepción: “Si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Jn 11.21, 32).

Todos hemos dicho o pensado algo parecido cuando el Señor no ha respondido a nuestras oraciones como esperábamos. Pero sabemos por las Sagradas Escrituras que el propósito de Dios en todas sus decisiones para nosotros es su gloria (Jn 11.4). Su objetivo no es infligir dolor innecesariamente, sino dejar que la vida de Cristo brille a través de nosotros en las dificultades, para afianzar nuestra confianza en la bondad del Padre celestial y fortalecer nuestra seguridad en su amorosa soberanía. Su gloria es para nuestro bien, y en esto podemos regocijarnos.

Biblia en un año: Apocalipsis 9-12

Otros devocionles


Ver todas las meditaciones diarias